¿Cómo sacarle provecho a tu primera práctica como redactor?

No hay nada más estimulante que iniciar tu primera práctica pre-profesional cuanto antes. De hecho, quienes empiezan mucho antes de egresar, por lo general consiguen mejores puestos como egresados.

En todos los casos y en el área en que te desarrolles (prensa, marketing, publicidad, comunicación interna u otras) vas a escribir siempre. Y si bien cualquiera puede escribir, no todos lo hacen de manera adecuada y eficaz (rápida y correcta). Unos redactan bien y otros algo enredados y confusos. Tal vez podría ser tu caso. ¿Qué hacer? Aquí la respuesta.

Estas líneas no pretenden ser una guía sobre cómo redactar de modo óptimo notas o artículos periodísticos, publicaciones en redes sociales, copys para viñetas de infografías o lo que sea que escribas. Queremos que le saques el mayor provecho a tu primera gran práctica, ya sea como copywriter o redactor en una sala de prensa o en una organización.

En una editorial pasada, consideramos más prioritaria la experiencia en campo que la remuneración. Así que como practicante debes aprovechar al máximo tus primeras experiencias laborales. Detallaremos ciertos ejemplos concretos que podrán adaptarse a cualquier contexto dentro de tu área de trabajo.

En primer lugar, algo muy importante que parece una obviedad: para redactar hay que escribir bien. Es una capacidad que se desarrolla con la práctica, pero también con la lectura.

Si quieres ser un buen redactor, además de la inclinación natural que deberías tener para expresarte por escrito, debes ser un lector curioso e interesado. Muchos creen que un buen manual de gramática o de estilo solucionará tus problemas de redacción y no es así. La práctica hace al maestro.

El conocimiento de las normas del lenguaje (ortografía y gramática) es muy importante, pero sirven de poco si no va acompañado de una práctica constante de escritura y un hábito formado como lectores.

Y para leer todo sirve: periódicos impresos, de preferencia (los virtuales no son tan prolijos), textos creativos (novelas, cuentos y poemas), ensayos, libros sobre historia o cualquier tema de interés desarrollado con cierta amplitud.

Otro punto importante es hacerse a los usos. Esto significa que cuando ingresemos a una institución debemos estar atentos a cuál es el estilo con el que redactan sus textos comunicacionales, ya sean notas informativas o de prensa, artículos SEO, entre otros.

Por lo general, hay un editor a cargo que ya ha fijado ciertas pautas de estilo, a las que deberemos estar atentos. Muchas veces ya están fijadas por escrito en un manual, otras veces pueden inferirse revisando publicaciones anteriores.

Es preferible ceñirse a esas pautas desde un inicio, porque ya más adelante, si queremos brindar una propuesta, podremos sugerir algún cambio sobre la base del reconocimiento que nuestro trabajo haya merecido.

Un tercer punto que siempre hay que tener presente es la claridad expositiva. No trates de impresionar a tu jefe usando palabras rebuscadas o sacadas de lecturas académicas o teóricas que te han impactado, es la forma más fácil de decirle que no eres periodista.

Recuerda: la redacción es la dictadura de la claridad. Usa palabras que todos puedan entender. Debes ser tan claro y ordenado como sea posible. Si empiezas una idea, termínala. Escribe oraciones cortas, de no más de dos líneas, y usa siempre conectores. Es una forma muy eficaz de guiar a tu lector.

Tampoco subordines demasiado, es decir, no escribas de tal manera que la primera idea de tu párrafo se comprenda o enlace al final, luego de haber escrito cuatro o cinco líneas que no están relacionadas directamente. Evita también las redundancias y las cacofonías.

Por último, no seas conformista, haz siempre tu mejor esfuerzo. Sé prolijo con los detalles. Un ejemplo en caso seas redactor y vas a comisiones de prensa:

Debes llevar una agenda de todos tus contactos y de las tarjetas de presentación que te den. Son muy útiles a la hora de escribir los nombres, porque en la duda de cómo se escribe tal nombre o tal apellido, prevalece la tarjeta. Parece una obviedad, pero muchos se ponen a buscar en internet y se olvidan de que tienen la tarjeta de su entrevistado en el cajón. Las redes sociales como Facebook o LinkedIn son también otras fuentes fiables para datos de contacto.

Para redactar bien no hay atajos. Empieza con un esquema para que ordenes tus ideas, que te servirán para tu primer borrador. A cada idea asígnale un párrafo. Nada debe sobrar. Así podrás comunicar siempre de manera clara y precisa lo que quieres para tus lectores. Es cuestión de proponérselo y de practicar.

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Por Rod Melgarejo

Licenciado en Comunicación Social. Posgrado en Comunicología y Marketing Digital. Experiencia de +15 años en empresas, consultoría, agencias y medios de comunicación. Especialista en Comunicación Digital.

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